¿Fancoils o VRV?
Ayer un compañero me comentó que estaba proyectando una instalación de climatización para una residencia bastante grande, y que tenía dudas acerca del sistema a emplear. Me preguntó si me parecía mejor un sistema todo agua con fancoils o un sistema todo refrigerante estilo VRV.
Le contesté por correo, dándole mi parecer, que compartiré contigo al final. Y me pareció interesante llevar el debate al grupo de Telegram.
Hubo opiniones variadas. Luis comentó que con los precios actuales de los refrigerantes, y con bombas de agua eficientes se decantaba por el agua.
Carlos contestó que si era importante el control de humedad era importante, agua; si no que había que valorarlo dependiendo de las circunstancias. A esto Juan Carlos contestó que el control de humedad se podía lograr también con climatizadoras con baterías de expansión directa.
D apuntó, con gran acierto que en los sistemas todo agua el mantenimiento es menor. Isaac
Isaac se unió a Carlos indicando que dependía, y Dani nos dijo que entendía que los VRV lo tienen muy difícil por cuestiones políticas (y medioambientales, añadiría yo).
Eduardo nos contó que prefiere el agua, siempre que se proteja la instalación adecuadamente contra la formación de lodos.
Lo que más me gusta del grupo de Telegram es que el tono es sosegado, nadie hace spam – excepto yo, a veces 😜 – y ni siquiera es necesario moderar.
VRV o fancoils
Si me pides mi opinión, inicialmente soy más proclive a los sistemas todo agua, por las limitaciones a la carga de refrigerante y el elevado coste en caso de fuga.
Como ventajas del todo agua veo:
- Menor carga de refrigerante.
- Sin necesidad de justificar limite práctico de HFC dentro del edificio.
- Sin ruido de cajas de distribución dentro del falso techo.
- El tendido de tubería no resulta tan crítico, ni en distancias, diferencias de cota, ni en ejecución del mismo.
Por su parte, el todo agua también tiene inconvenientes:
- Mayor complejidad y más coste.
- Mayor volumen de tuberías.
- Menor rendimiento energético.
He proyectado bastantes instalaciones de ambas, y tengo experiencias buenas y malas, aunque las malas se deben más a errores de planificación o ejecución, que a problemas del sistema en si mismos. Ambos son fiables si están bien diseñados y construidos.
Fancoils a dos tubos en terciario: ¡No, gracias!
Era una obra en las oficinas de una empresa del sector de la automoción. Un edificio emblemático que iba a ser objeto de una rehabilitación integral.
En la reunión final para la adjudicación un mando intermedio hace ver a la constructora que sí ejecutan la climatización en un determinado precio, el presupuesto encaja. Una jugada muy rara. Respuesta: si en lugar de a cuatro tubos (frío y calor) se hace a dos tubos (frío o calor), encaja. Y encajó. ¡Vivan los cuñados!
Craso error.
Con la obra entregada descubrimos que unos trabajadores que tenían sus dependencias en ese edificio llegaban muy temprano, de madrugada. Por cosas del clima continental, a la hora que empezaban a trabajar en primavera y otoño se podía ver a Olaf paseando alrededor de la fábrica.
Instalación a dos tubos en modo calefacción. 11 de la mañana, sol de levante, a-chi-cha-rre. Inversión de ciclo repentina y el control de la máquina más perdido que un tronista en una biblioteca. Bloqueos de la instalación por exceso de salto térmico con los consiguientes cabreos del cliente.
Muchos errores en cadena: oferta inadecuada, aceptación de bajada de precio con retirada de prestaciones, instalador con conocimientos «justitos», una obra llena de mandos intermedios máster en «cuñadismo», …
La conclusión, en grandes terciarios con severidad climática de invierno es muy importante estudiar el perfil de carga con métodos horarios, y valorar de modo concienzudo la necesidad de generación simultánea de frío y calor. Lo mismo aplica en los hoteles (en función del clima, claro está).
La ejecución del VRV mojado
Como director técnico no acostumbro a dirigirme a las contratas, creo que no es procedente; hablo con el director de ejecución o con el jefe de obra.
En esta ocasión, como tenía cierta confianza con los propietarios de la instaladora, antes de llevar el tema al jefe de obra, les hice un comentario acerca de la necesidad de inertizar el interior de las tuberías con nitrógeno y hacer vacío con diligencia cuando se tienden circuitos de refrigerante. Fue en la previa de una reunión de obra, cuando el ambiente aun es distendido.
La confianza me salió por la culata, y uno de los instaladores me puso a parir en la reunión , diciéndome que no sabía de que hablaba.
No entre a discutir, saque el portátil y mandé unas fotos al jefe de obra de la constructora y al arquitecto. En ellas se veía el manorreductor de la botella de nitrógeno con los dos manómetros a cero estando conectado en la instalación. Los operarios conectaban la botella pero no la abrían. Cuando se ejecuta un edificio de diseño, con mucho microcemento y caoba las tonterías de los ingenieros pasan un poco desapercibidas …
Acompañé de una explicación, solicitando su incorporación al libro de órdenes por parte del director de ejecución. Hay murió el cuento. Ni caso me hicieron, pero por si las moscas estaba escrito.
Como un año después me llamó un representante de la propiedad pidiéndome que agilizase las gestiones con el fabricante del VRV, dado que había fallado una unidad exterior, y los del servicio técnico no sabían lo que hacían.
Llamé al delegado comercial, estrategia de hombre tranquilo: «mira fulano, que hay que atender bien a mis clientes, que si no no prescribo lo tuyo …»; así pero menos borde, claro.
Su respuesta fue clara y cristalina: me contó que el cliente estaba bien atendido, lo que pasaba es que nadie quería pagar el compresor. La máquina falló, el cliente llamo al SAT, el SAT fue al edificio y encontró compresor semi-hermético quemado por cortocircuito, hizo un test de acidez y determinó contaminación por humedad del refrigerante y el aceite, mala ejecución, aplicación de exclusión de la garantía y a pagar.
A pagar …
Había oido hablar mucho de esta quimera, se la había contado muchas veces a mis alumnos, pero nunca la había vivido en directo.
Compresor quemado, la acidez ataca al barniz del devanado y lo cortocircuita. Todo por no inertizar mientras se suelda y por no hacer un buen vacío, menos mal que había mandado aquel correo con aquellas fotos.
Y eso que no tenía ni idea.
Al final se cambió con cargo a la garantía, supongo que al fabricante no le interesaba perder al instalador; la experiencia sirvió para refrendar lo importante que es ser consecuente y documentar bien las direcciones de obra.
Como me ha quedado largo, hoy no te cuento las novedades. Tendrás que esperar a mañana.
¡Abrazos virtuales!
Dima dice
Excelente. esta información: Es para tomar en cuenta. Documentar todo el proceso y las observaciones de desempeño laboral y profesional.
PAU dice
Super informativo, pero me he quedado con ganas de saber como sigue, donde hay la continuacion a tal debate?
Gracias
Bruno dice
Hola Pau,
Puedes plantearlo en el canal #hvac del servidor de Discord.
Abrazos.